El
objetivo de esta expedición está en ascender el Cho-Oyu, para después descender
la montaña en esquís.
Foto: Ubicación
de los campos de altura en la ruta hacia la cumbre del Cho-Oyu.
La ruta de ascensión
que se tomará será la habitual por la vertiente tibetana, cara noroeste, donde
hay un campo base a 4.800m y un campo base avanzado a 5.700m desde el que se
parte hacia los campos de altura y hacia la cumbre.
Esta ruta no está exenta de peligros, además del propio de una montaña de esta altitud, la hipoxia o falta de oxígeno. Pero también temperaturas por debajo de -25ºC, vientos superiores a los 50km/h en la cumbre, peligro de avalanchas y dos pasos casi verticales llamados “las franjas amarillas” donde serán necesarias las técnicas de escalada en hielo y el rápel para su descenso.
Esta ruta no está exenta de peligros, además del propio de una montaña de esta altitud, la hipoxia o falta de oxígeno. Pero también temperaturas por debajo de -25ºC, vientos superiores a los 50km/h en la cumbre, peligro de avalanchas y dos pasos casi verticales llamados “las franjas amarillas” donde serán necesarias las técnicas de escalada en hielo y el rápel para su descenso.
Foto: Sophie Denis subiendo la “franja amarilla” a 7750m.
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Foto: Willie
Benegas y Adrian Ballinger equipando el descenso.
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Además, la bajada con esquís deberá realizarse al menos hasta el Campo 1 para que sea reconocida, aunque haya que realizar algún rapel sin esquís.
El
descenso con esquís se realizará por la misma ruta que la de ascenso, haciendo
uso de las cuerdas para rapel en los puntos que fuera necesario. Si además, se
viera en condiciones estables el Corredor Messner, que desemboca en el mismo
glaciar que el CBA se intentará el descenso por él. Consiguiendo además abrir
una nueva ruta de descenso…
Foto: Octavio
Defazzio, primer argentino en descender el Cho Oyu.
Croquis de
las líneas de ascensión y descenso con esquís
El
Himalaya resulta inaccesible durante la época de los monzones, donde está
nevando prácticamente a diario, o durante el invierno donde las temperaturas
rondan los 50º bajo cero. De modo, que la época más propicia y donde se
registran el mayor número de ascensiones con éxito es durante los meses de
octubre y noviembre.
Una expedición a una montaña de ocho mil
metros conlleva muchos días debido a la preparación del
material, organización de porteadores y aclimatación a la altura. Esta aventura
durará aproximadamente 50 días desde que salgamos de Barcelona.
La programación día a día viene dada
por dos periodos que diferenciamos como el de aclimatación, que se hará en el
valle del Khumbu – Nepal, y el ataque a la montaña que está en territorio tibetano.
Los 10 días de aclimatación en Nepal, es una opción que se
ha elegido para mejorar el estado físico de ambos expedicionarios a la altura y
tener más posibilidades de éxito.
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